Historia, naturaleza, cultura y descanso en el corazón del México colonial
Entre montañas que abrazan el cielo y callejones donde la historia susurra en cada piedra, Taxco de Alarcón te invita a vivir una escapada única de tan solo tres días, donde cada paso se convierte en una experiencia, y cada rincón en una postal.
Este encantador Pueblo Mágico de Guerrero, también conocido como el Hogar del Sol, es un destino ideal para desconectarte de la rutina y reconectar con lo esencial: la belleza, la tradición y la aventura. Perfecto para parejas, grupos de amigos o familias, Taxco te espera con su alma plateada y su corazón colonial.
Día 1: El alma barroca y el sabor de la historia
Tu viaje comienza en el corazón mismo del pueblo: la Parroquia de Santa Prisca y San Sebastián, una joya barroca del siglo XVIII que corona el cielo taxqueño con sus torres rosadas y su historia minera.
Sigue el murmullo de las piedras por las calles empedradas, déjate llevar entre balcones floridos y plazas escondidas, y sumérgete en el tianguis de plata, donde los artesanos dan forma al metal con manos que cuentan leyendas.
Haz una pausa para saborear el alma guerrerense: mole rosa, tacos de jumiles, mezcal artesanal y vistas panorámicas que quitan el aliento desde terrazas colgantes. Por la tarde, visita la Casa Humboldt y la Mina Prehispánica, y descubre cómo el arte, la historia y la tierra se funden en un solo relato.
Día 2: Naturaleza indómita y adrenalina en cascada
Hoy toca salir al encuentro de la naturaleza más asombrosa. A solo 30 minutos, las Grutas de Cacahuamilpa te esperan con sus salones subterráneos gigantes, columnas de piedra milenarias y un recorrido guiado por túneles llenos de misterio.
Y si aún te late el corazón aventurero, lánzate a las Mil Cascadas, también conocidas como Las Granadas, donde el agua canta entre cañones y montañas. Desciende en rappel junto a cascadas, salta a pozas cristalinas, escala, camina y déjate sorprender por este santuario natural que vibra con cada gota.
¿El broche de oro? La gastronomía rural. Degusta quesadillas de flor de calabaza, tlacoyos, hongos silvestres y otros platillos cocinados con amor por manos locales. Una jornada para alimentar cuerpo, alma y espíritu viajero.
Día 3: Amanecer entre miradores y despedida con sabor a sol
Tu última mañana merece calma. Sube al Cristo Monumental del cerro de Atachi y contempla cómo el sol despierta sobre los tejados de Taxco. Después, regresa al centro para un desayuno tradicional y regálate un momento de paz en un spa o en una terraza con café y postre.
Antes de partir, recorre una vez más sus calles, haz tus últimas compras de plata, captura recuerdos con tu cámara y graba en el corazón esa sensación de haber viajado en el tiempo… y haberlo disfrutado.
Taxco de Alarcón es más que un destino: es una experiencia completa. Su historia vibra en sus iglesias, su naturaleza fluye en cascadas y grutas, su cultura se siente en cada mercado y cada sabor.
Este verano, haz una pausa en el camino, redescubre el México colonial y deja que Taxco te cuente su historia bajo el sol.
¡Te esperamos en el Hogar del Sol!
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