Sandy Beach
Sandy Beach es la estrella de Puerto Peñasco. Un extenso litoral de arena suave que se convierte en pasarela de amaneceres dorados, tardes de aventura y noches con sabor a sal. Aquí la vida nunca se detiene.
Desde temprano, verás a quienes caminan descalzos con café en mano, mientras otros toman el sol o se preparan para un paseo en jet-ski o una vuelta en banana boat. Es un lugar que vibra con energía, perfecto para los que buscan adrenalina o simplemente dejarse abrazar por el mar.
En sus alrededores abundan resorts, restaurantes frente a la playa y clubes donde la música en vivo se mezcla con el sonido de las olas. Puedes probar unos tacos de camarón al grill, un ceviche fresco o un corte de carne marinado al estilo sonorense.
Al atardecer, el cielo se tiñe de fuego y muchas terrazas cobran vida con cócteles y risas. Muy cerca también se puede jugar golf, rentar un buggy para recorrer las dunas o simplemente ver cómo la ciudad se ilumina poco a poco. Sandy Beach es ese punto de encuentro donde todo lo que imaginas para un verano ideal sucede frente al mar.
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Playa Hermosa / Playa Bonita
Playa Hermosa y Playa Bonita son las playas que lo tienen todo para pasar un día entre descanso y diversión. Son extensiones amplias de arena clara donde el oleaje tranquilo permite nadar, flotar y dejar que las preocupaciones se desvanezcan con cada ola.
Perfectas para familias, aquí puedes instalar tu sombrilla, jugar voleibol en la orilla o disfrutar de un masaje al aire libre mientras el viento salado roza tu piel.
No faltan actividades emocionantes.
Puedes rentar un kayak, lanzarte en paracaídas sobre el mar o dar un paseo en lancha para ver delfines si tienes suerte. A su alrededor hay buena comida y mejor ambiente: desde cocteles tropicales en terrazas hasta mariscos recién salidos del mar. Unos camarones al mojo de ajo, ostiones frescos o una cerveza bien fría hacen que la experiencia sea completa.
Al atardecer, los colores del cielo se reflejan en el agua y la música de los bares cercanos empieza a flotar por el aire. Aquí el tiempo no corre, se desliza lentamente, entre la espuma del mar y los sabores que solo la costa puede ofrecer.
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Playa Mirador
Playa Mirador es ese rincón sereno donde todo pasa a otro ritmo. Más alejada del bullicio, pero cerca del corazón de Puerto Peñasco, es una playa amplia y tranquila, ideal para desconectarse del mundo. El oleaje es más juguetón, lo suficiente para los amantes del bodyboard o para quienes simplemente quieren sentir el vaivén del mar en libertad.
Lo especial de Mirador es su esencia relajada. Aquí no hay prisas, solo arena cálida y tiempo para contemplar. Puedes rentar una silla, leer bajo una palapa o practicar yoga al amanecer. Las tardes son para caminar, descubrir conchas o meterte al agua sin miedo.
Cerca se encuentra Manny’s Beach Club, uno de los lugares clásicos de la zona. Puedes disfrutar de una bebida tropical, escuchar música en vivo o probar un buen platillo de mar: ceviche con mango, tacos de pescado fresco o un aguachile bien preparado.
Playa Mirador también es perfecta para quienes aman los atardeceres lentos, sin distracciones, donde el cielo se pinta de lila, naranja y carmesí. Es un lugar donde lo simple se vuelve especial y donde el sonido de las olas se convierte en el mejor recuerdo del viaje.
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Las Conchas
Las Conchas es un santuario escondido entre el mar y el desierto. A solo unos minutos del centro, esta playa ofrece un paisaje más íntimo, menos intervenido, ideal para quienes buscan contemplar en silencio y reconectar con la naturaleza. El mar es tranquilo, la arena suave y la presencia humana discreta. Aquí, el tiempo parece flotar.
Durante la marea baja, las pozas naturales dejan ver estrellas de mar, pequeños peces y arrecifes que brillan con la luz del sol. También es común ver aves marinas volar muy bajo o caminar entre las dunas.
Las Conchas es perfecta para llevar una tabla de paddleboard, explorar el estuario Morúa en kayak o simplemente caminar por kilómetros sin ver más que horizonte.
No hay restaurantes a pie de playa, pero es común ver familias hacer picnics o parejas compartir fruta fresca, agua de coco o pan artesanal comprado en el centro. Muy cerca se encuentra el CEDO, donde puedes aprender sobre la vida marina y participar en actividades ecológicas.
Es una playa que invita a bajar el ritmo, a dejar el celular y a mirar el mar con ojos nuevos. Aquí, el silencio es parte del paisaje, y el alma encuentra espacio para respirar.
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Bahía La Choya
Bahía La Choya, conocida también como Cholla Bay, es una mezcla de tradición pesquera, comunidad local y belleza natural. Ubicada al oeste de Puerto Peñasco, esta bahía de aguas tranquilas es perfecta para quienes buscan actividades en calma, sin alejarse tanto del centro. Aquí el mar es como un espejo, ideal para remar en kayak, practicar paddleboard o incluso pescar desde la orilla.
En bajamar, se forman bancos de arena y pequeñas pozas donde los niños buscan criaturas marinas y los adultos se relajan. Es común ver veleros flotando y familias disfrutando del día con hieleras, sillas y sombrillas.
La zona es más residencial, por lo que el ambiente es tranquilo, con casas frente al mar y algunos restaurantes donde se sirve pescado fresco, camarones gigantes o ceviche estilo Sonora.
En los alrededores puedes hacer paseos en bicicleta, visitar talleres de arte local o simplemente ver caer el sol desde un muelle. La Choya conserva ese aire de pueblo costero, donde todos se saludan y el mar es el centro de la vida diaria. Es una playa que, sin pretensiones, te atrapa con su sencillez y te invita a quedarte un poco más de lo planeado.
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Playa Encanto
Playa Encanto es el secreto mejor guardado de Puerto Peñasco. Aislada, amplia y natural, es el tipo de playa que parece sacada de un sueño. A ella se llega por un camino de terracería, lo que la mantiene alejada de las multitudes y convierte la visita en una experiencia casi privada.
El mar es tibio y transparente, la arena blanca y suave. Aquí los únicos sonidos son los del viento, las olas y las aves marinas.
Es perfecta para una escapada en pareja, para desconectar del mundo o para pasar el día en contemplación. Puedes hacer paddleboard, snorkel cerca de las rocas o simplemente flotar sin pensar en nada.
En bajamar, el paisaje se transforma y aparecen pozas llenas de criaturas marinas pequeñas que encantan a niños y curiosos.
No hay servicios, por lo que debes llevar tus provisiones: agua, fruta, pan, ceviche o lo que gustes compartir con el mar. Cerca, algunos hospedajes ecológicos ofrecen experiencias sustentables.
También puedes tomar un tour en bote a la Isla de los Pájaros o visitar el estuario Morúa. Playa Encanto no necesita adornos; su belleza está en su pureza. Es un lugar que no olvidas, incluso mucho después de haber regresado.
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