En un rincón privilegiado del Caribe mexicano, donde la selva se abraza con el mar y el viento habla en lengua maya, surge AZULIK, un santuario de formas vivas, texturas ancestrales y experiencias que parecen tejidas en sueños.
Inspirado por la pureza de la naturaleza y el deseo de reconectar con lo esencial, AZULIK se eleva como un emblema de hospitalidad sensorial, sostenibilidad consciente y belleza orgánica. Concebido por Eduardo Roth, alma visionaria y creador autodidacta, este oasis en Tulum reinterpreta el diseño y la arquitectura como un diálogo entre el arte y la tierra.
Las 48 villas únicas que se dispersan entre el follaje y frente al mar no son solo habitaciones, son altares al silencio y a la contemplación. Con techos de palma, bañeras de mosaico artesanal y mobiliario en maderas tropicales, cada espacio invita a sumergirse en una pausa consciente, abrazado por el canto de las aves y la danza de la brisa.
Amenidades en Azulik
En AZULIK, el bienestar no es un lujo: es un lenguaje que se susurra al cuerpo y al alma. Entre las amenidades que completan esta experiencia profunda se encuentran:
Una piscina natural tallada en piedra, donde el agua parece flotar entre cielo y selva
Terrazas flotantes como El Mirador y Copa del Pintor, diseñadas para contemplar los atardeceres del Caribe
Ceremonias de cacao, temazcal y baños de sonido, como rituales guiados por guardianes ancestrales
El Maya Spa, con masajes, reflexología, aromaterapia y técnicas curativas milenarias
Clases de yoga y meditación junto al mar, en contacto directo con los elementos
La boutique ANÍKENA, donde la moda ética es arte textil hecho a mano
Acceso exclusivo a AZULIK Uh May, ciudad de las artes y sede del museo vivo SFER IK
Gastronomía en Azulik
AZULIK transforma el acto de comer en un homenaje a la tierra. Sus cinco espacios gastronómicos honran el origen, fusionan culturas y elevan los sentidos.
ITALIK, una trattoria del alma, revive los almuerzos familiares italianos.
Con platillos destacados como los tagliatelle al ragú de hongos y trufa con un costo de $210 pesos
y la ensalada cítrica de quinoa y albahaca fresca con un costo de $190 pesos.
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Kin Toh
Suspendido entre árboles, reinterpreta la cocina maya.
Aquí tienen el Tsi’Ik de venado silvestre con recado negro en $420 pesos
y el pulpo al axiote con pipián en $380 pesos, platillos que son tributos al fuego y a la raíz.
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Tseen Ja
Ceremonial y sutil, fusiona la técnica japonesa con ingredientes locales.
Particularmente los nigiris de pesca del día con un costo de $310 pesos, te traen sabores deliciosos al paladar mientras que los edamames con aceite de trufa y sal de ceniza con un costo de $140 pesos, despiertan los sentidos.
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Imix
A la orilla del mar, la frescura pura del ceviche de caracol con mango te sorprenderá, este delicioso platillo cuesta $210 pesos y la hamburguesa de mariscos con alioli de hierbas en $240 pesos, es ideal para tardes largas bajo el sol.
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Mantli
Íntimo y ritual, honra al mezcal como madre líquida, aquí una cata guiada de mezcales oaxaqueños cuesta $380 pesos por persona
ofreciendo un viaje sensorial por los campos de agave y las cuevas del alma.
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Elixik
El laboratorio de bienestar y nutrición consciente, ofrece:
Smoothie de cacao, maca y vainilla de la selva en $120 pesos
y bowl de açai con granola artesanal, miel y frutas vivas en $150 pesos.
Y para quienes buscan una experiencia elevada:
Cena privada en la Copa del Pintor, al ritmo de las estrellas — $2,000 pesos por pareja
Menú degustación en Jungle Cuisine, dentro de AZULIK Uh May — $2,600 pesos por persona
Bienestar en Azulik
AZULIK no cura el cuerpo: lo despierta. En su House of Ancestral Medicine, el cacao, el temazcal y la medicina maya son parte de un mapa espiritual que revitaliza desde dentro. Complementan este viaje el Maya Spa, con masajes y terapias milenarias, y Elixik, un restaurante de biohacking donde cada alimento es medicina.
Su boutique ANÍKENA es una celebración del vestir ético, donde las prendas son poesía hecha a mano.
Su centro creativo, AZULIK Uh May, a solo 25 km, es una ciudad de las artes en medio de la selva, donde el museo SFER IK y Jungle Cuisine se funden para ofrecer una experiencia inmersiva de biodiversidad, tecnología, arte y ancestralidad.
A punto de cumplir 20 años, se reafirma como un ícono transformador en Tulum, donde la experiencia se vive con los sentidos, el alma y el cuerpo abiertos a lo esencial.
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