El sector turístico se encarga que todas las personas tengan un momento agradable al viajar, el cual también busca puentes de comunicación, tolerancia y respeto entre todos los países del mundo, además, se encarga de la protección de los patrimonios históricos para que las generaciones futuras puedan disfrutarlo.

El turismo coadyuva a promocionar la identidad cultural, gastronómica, social e histórica, que a su vez busca la consolidación de los destinos en beneficio de los seres humanos, además, el sector turístico es una fuente importante de empleo y desarrollo para las naciones.

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Sin embargo, el turismo no está exento de pasar por momentos difíciles, un ejemplo de esto fue la pandemia provocada por el covid-19, donde se paralizó por completo al turismo por bastante tiempo, tampoco está exento de padecer las consecuencias suscitadas por cambios geopolíticos del mundo.

No es secreto que en la historia del mundo, los países han luchado por territorio y control, lo cual ha obligado a los países a entrar en conflictos armados, lo que provoca destrucción, sufrimiento, y por supuesto la parálisis del turismo.

Un antecedente por excelencia de este aspecto es la Segunda Guerra Mundial, la cual fue el conflicto bélico más sangriento que ha sufrido el planeta; decenas de ciudades europeas y asiáticas fueron arrasadas por los enfrentamientos.

Consecuencias de la guerra

Desde la destrucción y masacre de personas así como presenciar la caída de una bomba atómica, los supervivientes fueron obligados a resistir los traumas psicológicos y físicos que la guerra dejó en ellos, como el síndrome de estrés postraumáticos.

Las consecuencias fueron desastrosas, millones de personas perdieron sus casas, teniendo que ir a otro país a enfrentar las diferencias culturales y de idiomas, muchos desaparecieron para nunca regresar, fueron enlistados de forma obligatoria a los ejércitos para combatir por sus países o llevados a campos de concentración para realizar trabajos forzados.

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Por obvias razones, cuando un conflicto internacional destalla, el turismo se ve obligado a parar, ya que este necesita de la superestructura, estructura e infraestructura, sin estos elementos no es posible.

Riesgos de un conflicto bélico

• Se corre mucho peligro y es muy inseguro tanto para la población residente de ahí así como para los turistas.
• Los transportes son afectados por la destrucción parcial o total, como puentes, embarcaderos y caminos, lo que dificulta el ingreso de comida y víveres.
• El agua potable comienza a escasear, y la acumulación de residuos empiezan a afectar la calidad de vida de las personas.
• Encarecimiento y escasez en los alimentos, disminución del poder adquisitivo.
• Riesgo de contagio de enfermedades gastrointestinales provocadas por la contaminación cruzada en los alimentos y el agua potable.
• Lenta inhumación de civiles perecidos, convirtiéndose en un riesgo sanitario.
• El sistema de salud colapsa ante un riesgo de infecciones y heridas cuando no se tratan de manera adecuada.
• Desabasto de material quirúrgico y medicamentos.
• Hay un probable riesgo de la propagación de enfermedades respiratorias, de alimentos y en cuestiones dermatológicas.
• La salud mental es gravemente afectada.
• Destrucción total o parcial del patrimonio natural, histórico, cultural y artístico.
• Contaminación del suelo y destrucción de flora y fauna.

Además de todo lo anterior mencionado, la actividad turística se paraliza al afectar a las empresas, destrucción de complejos turísticos y deterioro de instalaciones por falta de mantenimiento. Se pierden los empleos afectando la economía local.

Sin embargo, y a pesar de todos estos riesgos, hay viajeros que se aventuran a documentar estos conflictos bélicos, analizando la relación del turismo y la guerra.

¡Pero no te desanimes!, los conflictos algún día terminan, y no todo el mundo está peleado, sólo considera no ir a lugares peligrosos para que tus experiencias no se vean afectadas y puedas disfrutar lo hermoso que es el turismo.

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Con información de Entorno Turístico